sábado, 28 de noviembre de 2009

Visita del Rev. David J. Pettitt



La noche del 26 de enero de 1999, el Reverendo David James Pettitt fue ordenado como Clérigo por la Fraternidad Universal de Iglesias de la Comunidad Metropolitana, en la Iglesia Anglicana de la "Sagrada Familia". Aquella noche célebre, David iluminó con su luz a neustra comunidad y siguió dando fundamento a la Iglesia Casa de Luz, de la cual recibió el llamado para sembrar en la ciudad de Monterrey, N.L., México, muy lejos de su lugar de origen y sin tan siquiera conocer su idioma ni su cultura.





Con este motivo, a diez años de distancia de ese suceso y a casi doce años de la fundación de la Iglesia Casa de Luz, tuvimos el honor de recibirlo nuevamente para celebrar tan importante acontecimiento en la vida de David J. Pettitt y también para la comunidad LGBT de la ciudad de Monterrey.

David permaneció nuevamente al menos unos días entre nosotros, del 24 al 27 de noviembre de 2009, para reunirse con la comunidad a la que sirvió por tantos años, invitado por nuestro Pastor actual, el Rev. Fernando Fronatn Quevedo y auspiciado por uno de los miembros más antiguos de la congregación, el Dr. Waltter López, viajando desde el Estado de Florida, donde actualmente reside, hasta esta ciudad de Monterrey,

Se tuvo la oportunidad de tener una entrevista con David, que fue difundida en el programa "El Faro" a través de http://www.diversimedios.com/ en cuya transmisión se revivieron los recuerdos de su estancia en en la ciudad y compartió con los participantes y el auditorio, sus sentimientos, anécdotas sobre su llamado y sobre su estancia en la Iglesia, lo cual fue muy emotivo.

El punto focal de su visita se centró en la prédica que realizó en el servicio religioso regular de los viernes por las noches que se lleva a cabo en Casa de Luz ICM, cuyo tema abordado por David fue el de "¿Te atreves a beber el trago amargo de la copa?" que resultó muy ilustrativo para la comunidad reunida, que por cierto fue muy numerosa, haciendo gala del poder de convocatoria que tiene, sobre todo, para aquellos miembros que de alguna manera se han apartado de la Iglesia por distintas razones.

Este servicio religioso se llenó de emociones cuando, con el beneplácito del  Pastor anfitrión de la Iglesia, renovara los votos de la Santa Unión de una pareja que él uniera años atrás en este mismo lugar y que ahora forma una verdadera familia: Jenny, Rosy y su hija Giselle, como ejemplo vivo del mensaje que siempre teansmitió a la comunidad.

Después del servivio religioso se compartió el pan con todos los participantes para disfrutar al menos, unos momentos más de alegría y emoción con David quien partiera después a continuar con su misión en los Estados Unidos.










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