lunes, 29 de marzo de 2010

Boda Civil de Miembros de Casa de Luz ICM en la ciudad de México






Siete parejas nuevoleonesas, algunas de ellas miembros de Casa de Luz ICM que con anterioridad habían recibido el Sacramento de la Santa Unión en esta Iglesia, viajaron a la ciudad de México el pasado viernes 19 de Marzo para celebrar su matrimonio civil ante las autoridades del Gobierno del Distrito Federal, en ceremonia colectiva que estaba planeada llevarse a cabo el domingo 21 de marzo en las oficinas del Registro Civil Citadino.



La gran aventura comenzó con la bendición en el servicio religioso celebrado esa noche en el Santuario. Se dieron cita todas estas parejas y varios otros miembros, por cierto, más de catorce, de la Comunidad LGBT de Monterrey para abordar el autobús que los llevaría hasta la capital de País. También los acompañaron representantes de los medios de comunicación, por ser éste un hecho que no tenía antecedentes. El viaje estaba lleno de ilusiones para reafirmar el compromiso que ya habían comprometido en su unión.



Como anfitrionas del grupo que viajaba a la ciudad de México, estaban Mariaurora Mota y su pareja Ana Goñi, coordinado por Mario Rodríguez Plata con colaboradores de la propia Iglesia y de COMAC.



Una vez arribado a la ciudad de México y cómodamente instalados en un hotel cercano a las oficinas donde se llevaría a cabo la ceremonia civil, se tomaron el sábado para llevar a cabo las reuniones de planeación con los organizadores y... ¿porqué no? Darse un tiempo libre para visitar los lugares de interés turístico o hacer los últimos preparativos para su arreglo personal.



Llegado el día de la ceremonia civil, acudieron llenos de alegría al lugar convenido, tomando sus lugares que previamente les habían asignado. Al frente de la ceremonia en el estrado, por supuesto, La Jueza del Registro Civil y miembros de la Junta, así como el Diputado Local Raúl Razo, uno de los promotores de las enmiendas legales que permitieron que en el Distrito Federal, se reconocieran los derechos inalienables de todas las personas a contraer matrimonio, independientemente de su género y, además pudiesen también adoptar hijos para crear una familia que ahora se le conoce como familia diversa.



Cabe mencionar que como buenos regios, no pasaron desapercibidas todas las parejas y les era solicitadas frecuentes entrevistas de prensa y poses para la fotografía del recuerdo de este evento, a las cuales aceptaban solícitos, si el tiempo lo permitía. notas de prensa y noticias de los medios de comunicación electrónicos se dieron es día los subsecuentes.



Las siete parejas contrayentes del Estado de Nuevo León, se integraron a un grupo más numeroso de contrayentes (Veintinueve parejas en total) que, tomados de la mano, respondieron con un “Sí” al preguntárseles si estaban en ese lugar por su propia voluntad y con el deseo de unir sus vidas en legítimo matrimonio.



Después de la ceremonia, por supuesto vino la celebración, el festejo y las parejas regiomontanas y la comitiva que los acompañaba, fueron invitadas a distintos eventos que las parejas locales habían organizado en distintos lugares con este motivo.

Esta aventura terminó cuando ya de regreso en la ciudad el día lunes 22 de marzo por la mañana, después de un viaje de regreso a la ciudad en el que la alegría se desbordaba en todos y en todas una vez aligeradas las tensiones por este hecho tan significativo, cuando arribaron a la estación y cada uno de las parejas contrayentes y la comitiva se dirigió a sus obligaciones cotidianas, pero ahora con una certidumbre mayor sobre la legalidad de sus relaciones.

Fuente: Homero Carbajal Barrón.


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